El concierto ofrecido por el quinteto “Experiments Vocopercussius” se convirtió en la actividad revelación del Festival. A pesar del conocido bagaje de las vocalistas y los músicos que las acompañaban, la propuesta musical resultaba inédita. Tres cantantes con tres voces totalmente distintas, fusionando jazz, blues, temas tribales, incluso alguna canción tradicional mallorquina,… junto a dos percusionistas espectaculares, que aportaban ritmos latinos y africanos, incluso toques místicos con didgeridoo.
La palmesana Carmen Jaime destaca por su versatilidad y gran técnica. De carácter inquieto, ejerció de maestra de ceremonias, asumiendo un natural liderazgo ante el público. La parisina de origen antillano y criada en León, Dunia Hédreville, con su peculiar timbre de voz, es el paradigma personalizado de la multiculturalidad. Su “Makama Nye” es un canto entusiasta a la vida. La norteamericana Sheela Gathrigth aporta la espectacularidad, no tan sólo de una voz negra profunda, capaz de llegar a cualquier registro, además, por su vestimenta colorida, de clara influencia africana. La potencia de su actuación impresionó a los asistentes. La presencia del cubano Lázaro González no resultó menos impactante, respaldando a las vocalistas bien con los bongos, bien con la guitarra o sumándose a los coros. Queda por destacar Sjaak Ebell, magistral con la tabla y con el didgeridoo, especialmente llamativo resultó el acompañamiento con este exótico instrumento en una emotiva interpretación de Carmen Jaime de un fragmento de “El cant de la Sibil.la”. Su voz masculina y grave también se hizo notar en los coros.
El público asistente respondió con entusiasmo, jaleando las improvisaciones musicales, percibiendo rápidamente que se encontraba ante un conjunto realmente excepcional. Se mostró cómplice en los juegos vocales propuestos por Sheela, Dunia y Carmen, levantándose en el tramo final del concierto para acompasar con las palmas y bailar,… y repartiendo generosamente los aplausos tras cada interpretación. Para la organización, contemplar tantas sonrisas y escuchar los halagos hacia el concierto resultó una gratísima satisfacción por el trabajo realizado.
La palmesana Carmen Jaime destaca por su versatilidad y gran técnica. De carácter inquieto, ejerció de maestra de ceremonias, asumiendo un natural liderazgo ante el público. La parisina de origen antillano y criada en León, Dunia Hédreville, con su peculiar timbre de voz, es el paradigma personalizado de la multiculturalidad. Su “Makama Nye” es un canto entusiasta a la vida. La norteamericana Sheela Gathrigth aporta la espectacularidad, no tan sólo de una voz negra profunda, capaz de llegar a cualquier registro, además, por su vestimenta colorida, de clara influencia africana. La potencia de su actuación impresionó a los asistentes. La presencia del cubano Lázaro González no resultó menos impactante, respaldando a las vocalistas bien con los bongos, bien con la guitarra o sumándose a los coros. Queda por destacar Sjaak Ebell, magistral con la tabla y con el didgeridoo, especialmente llamativo resultó el acompañamiento con este exótico instrumento en una emotiva interpretación de Carmen Jaime de un fragmento de “El cant de la Sibil.la”. Su voz masculina y grave también se hizo notar en los coros.
El público asistente respondió con entusiasmo, jaleando las improvisaciones musicales, percibiendo rápidamente que se encontraba ante un conjunto realmente excepcional. Se mostró cómplice en los juegos vocales propuestos por Sheela, Dunia y Carmen, levantándose en el tramo final del concierto para acompasar con las palmas y bailar,… y repartiendo generosamente los aplausos tras cada interpretación. Para la organización, contemplar tantas sonrisas y escuchar los halagos hacia el concierto resultó una gratísima satisfacción por el trabajo realizado.
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