Dña. María Antonia Caimari, presidenta del Comité Balear de UNICEF, fue muy clara al describir una de las estrategias, quizá la más importante, de la organización que representa, para erradicar la pobreza de los países del Tercer Mundo: la escolarización de los niños. Para obtener éxitos, debe aplicarse una metodología muy distinta de la que utilizamos en Europa. Por ejemplo, el curso escolar tiene características distintas. Los niños son necesarios para contribuir a la economía familiar en la época de la recogida de la siembra. Para que los padres acepten prescindir de ellos, las clases tienen lugar fuera del periodo de la cosecha. Los fondos recaudados se destinan principalmente a los recursos humanos, por ejemplo, a que los profesores tengan un buen salario. María Antonia nos narró, a modo de anécdota, que en uno de sus viajes a África, observó que una escuela promovida por la reina Raina de Jordania, de construcción inmaculada y con aulas equipadas como las que pueda haber en occidente, carecía de alumnos. Rehuyendo de posturas proselitistas y de los habituales tópicos, María Antonia se acercó a la audiencia transmitiendo sus propias experiencias personales, las que le llevaron a tomar la decisión de compaginar su profesión con el trabajo solidario.
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